Los jugadores del OAR CORUÑA, mientras calentaban, no eran conscientes de que iban a lograr una de las victorias que quedará para los anales de la historia, como una hazaña de gran calado, uno de los partidos que emociona por las dificultades a superar a medida que transcurrían los minutos del partido.
Un siete inicial, sin apenas rotación, sesenta minutos trepidantes y la consagración de una primera línea que desarboló a una de las mejores plantillas de los 90 equipos de primera división. Cada acción del partido mostraba la pasión y entrega de cada jugador, muy por encima del límite y de la lógica, con acciones defensivas colectivas que permitían ver fugaces contras y finalizaciones que solo dejaban ver a los jugadores emocionados con los brazos en alto mientras replegaban, gritando exultantes ante los logros del equipo.
Dedicado a Alex Naya que se lesionó de gravedad en su rodilla, en los primeros minutos, los jugadores oaristas dieron lo mejor que se puede transmitir en una pista de deporte. Entrega hasta la extenuación, acciones que se recordarán y que han mostrado un camino y experiencias que todo el mundo quiere vivir a lo largo de su carrera deportiva.
Dani Buño, sustituyó a Alex Naya, consciente de que la heroíca dependía de su actuación, y contó con una defensa 1:5 con marcaje individual sobre pivote, y una línea defensiva con hombres como Couceiro – Iglesias – Angeriz que aguantaron sesenta minutos defendiendo como titanes, moviendo las piernas y anticipando todas las trayectorias del rival. Alfonso Fraga se mantuvo como único jugador en seis metros, con muchos metros para defender al pivote. En los exteriores Diego Martínez y Aresi Rosende, que dieron un recital en las ayudas, recuperaciones y marcajes individuales sobre el extremo. La única rotación de Borja Tajes, aportó frescura, y los últimos minutos se dió un poco de oxígeno a Pedro con el trabajo de Raúl Sarasola en el avanzado.
El ataque tiene una mención aparte, por la intensidad y velocidad de los cruces, acciones en penetración de Aresi, con recepciones a una mano y demostrando ser un jugador que rompe la portería. Diego Martínez rompió el 6:0 tras trayectorias falsas y lanzamientos increíbles, que en las mejores ocasiones, acababan en asistencia de gol a Alfonso Fraga. En los extremos Víctor Couceiro y Dani Angeriz dieron una lección de desdoblamientos, vuelta y finalización con amplia gama de recursos. Mención especial a la dirección de juego de Pedro Iglesias que movió al equipo, aguantó y fabricó cuando más presión tenía, acciones de máxima exigencia.
Extenuados, tras la HAZAÑA lograda, el vestuario, unido, alrededor de Alex Naya, conscientes de que este partido quedará grabado entre los GRANDES.
Haberlo vivido, y poder formar parte de este OAR CORUÑA , supondrá un antes y un después, para un club – equipo que con esta ENTREGA logrará hitos que permitirán cambiar el rumbo hacia cotas mayores.
ATLÉTICO NOVÁS 30 — OAR CORUÑA 35
Esta foto se guardará en los capítulos más brillantes del club, estos protagonistas han hecho historia.
